Una de las figuras clave del siglo XX. Gran figura del partido conservador británico, aunque también pasó por las filas del partido liberal.
Su trascendencia histórica se debe indudablemente a su papel en la Segunda Guerra Mundial, cuando dirigió al Reino Unido en su lucha contra Hitler. Sus advertencias ante la amenaza hitleriana y su posición favorable al rearme chocaron con una opinión pública mayoritariamente pacifista en los años treinta. Comentando su actitud ante un eventual ascenso al poder de Hitler, afirmó: "Si un perro se abalanza contra mí, le pego un tiro antes de que me muerda". Apartado de la política activa y aislado en su partido fue un crítico inmisericorde de la política de Chamberlain. Su comentario ante el Pacto de Munich fue el siguiente: "¿Cómo han podido hombres tan honorables y experimentados (...) avenirse a una política tan cobarde?".
Churchill alentó a la búsqueda de una gran alianza con Rusia y Francia que frenara el expansionismo nazi. El pacto de no agresión germano-soviético puso fin a esta esperanza.
Tras la anexión de Checoslovaquia, la postura largamente defendida por Churchill de firmeza ante Alemania se reveló como la correcta. Al estallar la guerra, fue nombrado Primer Lord del Almirantazgo y tras la invasión de Francia fue nombrado Primer Ministro.
Churchill formó un gobierno de unión nacional en el que que él desempeñó también el papel de ministro de Defensa. En su primer discurso ante la Cámara de los Comunes, el 13 de mayo de 1940, pronunció su célebre discurso en el que, tras afirmar que no tenía nada que ofrecer al pueblo británico "excepto sangre, sudor y lágrimas", consiguió unir al pueblo británico en su esfuerzo de guerra contra Hitler.
Buscó desde un principio la alianza con Estados Unidos y su relación personal con Roosevelt facilitaron la progresiva implicación norteamericana. En agosto de 1941, en su primer encuentro con el presidente de EE.UU., firmaron Placentia Bay, Terranova, la Carta del Atlántico, declaración común de principios.
Pese a su postura anticomunista, no dudó en buscar la alianza con Stalin. Churchill, fue, en definitiva, el gran forjador de la "Gran Alianza", EEUU, URSS y el Imperio Británico, que llevó a la victoria de los Aliados en la segunda guerra mundial. Como líder británico, participó en las distintas cumbres de los Aliados a lo largo de la guerra.
Sin embargo, en 1945 fuera derrotado en las elecciones por el laborista Atlee, quién le sustituyó en la Conferencia de Potsdam que se estaba celebrando en aquellos momentos.
Fuera del poder tuvo un papel destacado como abanderado de la unidad europea y partidario de una política de firmeza ante la Unión Soviética. En 1951 desempeñó por última vez el puesto de primer ministro.
Su trascendencia histórica se debe indudablemente a su papel en la Segunda Guerra Mundial, cuando dirigió al Reino Unido en su lucha contra Hitler. Sus advertencias ante la amenaza hitleriana y su posición favorable al rearme chocaron con una opinión pública mayoritariamente pacifista en los años treinta. Comentando su actitud ante un eventual ascenso al poder de Hitler, afirmó: "Si un perro se abalanza contra mí, le pego un tiro antes de que me muerda". Apartado de la política activa y aislado en su partido fue un crítico inmisericorde de la política de Chamberlain. Su comentario ante el Pacto de Munich fue el siguiente: "¿Cómo han podido hombres tan honorables y experimentados (...) avenirse a una política tan cobarde?".
Churchill alentó a la búsqueda de una gran alianza con Rusia y Francia que frenara el expansionismo nazi. El pacto de no agresión germano-soviético puso fin a esta esperanza.
Tras la anexión de Checoslovaquia, la postura largamente defendida por Churchill de firmeza ante Alemania se reveló como la correcta. Al estallar la guerra, fue nombrado Primer Lord del Almirantazgo y tras la invasión de Francia fue nombrado Primer Ministro.
Churchill formó un gobierno de unión nacional en el que que él desempeñó también el papel de ministro de Defensa. En su primer discurso ante la Cámara de los Comunes, el 13 de mayo de 1940, pronunció su célebre discurso en el que, tras afirmar que no tenía nada que ofrecer al pueblo británico "excepto sangre, sudor y lágrimas", consiguió unir al pueblo británico en su esfuerzo de guerra contra Hitler.
Buscó desde un principio la alianza con Estados Unidos y su relación personal con Roosevelt facilitaron la progresiva implicación norteamericana. En agosto de 1941, en su primer encuentro con el presidente de EE.UU., firmaron Placentia Bay, Terranova, la Carta del Atlántico, declaración común de principios.
Pese a su postura anticomunista, no dudó en buscar la alianza con Stalin. Churchill, fue, en definitiva, el gran forjador de la "Gran Alianza", EEUU, URSS y el Imperio Británico, que llevó a la victoria de los Aliados en la segunda guerra mundial. Como líder británico, participó en las distintas cumbres de los Aliados a lo largo de la guerra.
Sin embargo, en 1945 fuera derrotado en las elecciones por el laborista Atlee, quién le sustituyó en la Conferencia de Potsdam que se estaba celebrando en aquellos momentos.
Fuera del poder tuvo un papel destacado como abanderado de la unidad europea y partidario de una política de firmeza ante la Unión Soviética. En 1951 desempeñó por última vez el puesto de primer ministro.
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